Cuando la motivación es la base del aprendizaje, este surge de manera natural en cada
momento, se desarrolla de manera exponencial, y la capacidad para investigar, desarrollar,
asimilar, completar, y experimentar, crece hasta puntos insospechados.
Cuando la motivación es la savia de la que mana un esfuerzo, éste se hace más pequeño, y se
convierte en un reto a batir, en combustible que se quemará para llegar más lejos en el camino
de los objetivos propuestos.
Tanto es así, que en un abrir y cerrar de ojos y sin darnos cuenta, casi sin mirar atrás, podemos
revolver nuestro saco de experiencias vividas en el mundo de la educación canina y podríamos
poner sobre la mesa, más de 900 historias, con sus particularidades, sus preocupaciones, sus
puntos en común, y sus anécdotas.
Tantas historias diferentes, nos han ayudado a poder ver que patrones de actuación son
comunes en cada una de ellas, que herramientas han sido indispensables en las
intervenciones, que esquemas de trabajo hemos seguido, que forma de acercarnos a las
familias hemos usado,
Miedos, inseguridades, problemas de reactividad, agresividad, problemas de desconfianza
hacia el grupo familiar, problemas de apegos inseguros, comportamientos estereotipados,
habilidades para el desarrollo de la vida diaria sin enseñar, problemas de posesividad….
Cientos de casos, cientos de historias, algunas tan parecidas que sabrías explicarlas antes de
que el que la está viviendo te las cuente. Cada una con sus particularidades, cada una es única.
Acompañar a los perros y sus familias en los procesos de reconstrucción de una convivencia
sana, nos ha servido para darnos cuenta que cuando somos capaces de ver el inicio, el
desarrollo y el final de una intervención en nuestras cabezas, para hacérsela ver a las familias,
para ver todo el camino a recorrer y saber dibujar un mapa hacia el final, para crear
protocolos que simplifiquen el uso de las herramientas y potencien su funcionalidad, para
analizar protocolos de actuación y reinventarnos una y mil veces, para crear, creer y crecer.
Cuando la motivación es la savia del aprendizaje, la formación se vuelve constante y nace en
nosotros el deseo de no conformarnos con cualquier cosa, sino de querer acceder a la
formación más completa, y de la mano de las personas más ilustres de tu ámbito de actuación.
De aquí surge la Escuela Canina EL Educadog, con el objetivo de acercarnos, para poder ver
más de cerca, la forma de trabajar de aquellos que llevan años siendo referentes en el mundo
del perro, tanto en nuestro país como fuera de él.
A lo largo de estos años, las motivaciones han seguido creciendo, y nuestros ámbitos de
actuación siguen diversificándose. Desde las Intervenciones en Problemas de Comportamiento
a las Intervenciones Asistidas con animales, las especialidades deportivas, como OCI, Agility o
las Habilidades Caninas, e incluso atreviéndonos a dar el salto a la pequeña pantalla a través de
nuestros programa de televisión, EL EducadogTV.
Nuestro reto ahora está en compartir con tod@s vosotros, el trabajo de creación,
estructuración y análisis de protocolos diseñados para mejorar en nuestro trabajo. Compartir
las ideas y proyectos desarrollados con el objetivo de que surjan sinergias que nos ayuden a
seguir mejorando.
El reto de poder enseñar lo que hemos experimentado, analizado y asimilado , sin duda es el
que con más ilusión nos centramos en estos momentos, porque será la puerta de poder seguir
aprendiendo desde un punto más exigente.
Toca seguir evolucionando, más motivados que nunca, sabiendo transmitir a nuestros amigos
humanos y perros esa pasión por lo que se hace. Pero no nos vamos a conformar con
simplemente seguir el camino marcado, sino que vamos a tratar de crear una nueva vía que
integre el buen hacer y la sabiduría de los que nos han guiado hasta ahora, pero que no se
olvide de meter los ingredientes fundamentales para seguir evolucionando:
Análisis, crítica, permeabilidad, estructura, y creatividad.